Compositae Plantas Medicinales

“Silybum marianum” Cardo mariano

Familia: Compositae

 

El cardo mariano lleva siendo usado como planta medicinal desde tiempos remotos pues fue probablemente Teofrasto en el siglo IV A.C el primero en describir esta planta con el nombre de “Pternix”. Posteriormente Dioscórides la mencionó en su “Materia medica”, así como Plinio el Viejo quien la describió como un excelente colagogo. El uso del cardo mariano ha sido mencionado en todos los herbarios medicinales como el de la abadesa Hildegarda von Bingen (1098-1179), Hyeronimus Bock (1593), Jacobus Theodorus (1664), Mattioli (1626), Valentini (1719) o Van Haller (1755) por citar algunos.

De todas las descripciones leídas es la del doctor Font-Quer en su Plantas medicinales, El Dioscórides Renovado, la más completa y amena para familiarizarnos con uno de los cardos más bellos y de mayor tamaño de nuestra flora.

Según Font Quer, el cardo mariano (o milk thistle como lo llaman los angloparlantes) es una planta vigorosa que puede alcanzar metro y medio de altura, bienal con un rosetón enorme de grandes hojas alabeadas, con manchas como de leche, por su blancura, y con lóbulos espinosos en sus orillas; las del tallo sin rabillo (pecíolo), con un par de orejuelas redondeadas en la base que lo abrazan (es decir, amplexicaule). Las flores se disponen en cabezuelas grandes, con las brácteas u hojas externas rematadas en una recia espina extendida o reflexa. Estas flores tiene color de rosa o purpúreo, y los cinco estambres de su interior tienen sus filamentos soldados en un solo haz. Los frutos de este cardo son aquenios, miden de seis a siete milímetros, y son lisos y jaspeados. El vilano con que están empenachados tiene blancos pelos hirsutos de hasta dos cm. de largo que les permiten volar.

Florece a partir de mayo hasta julio o agosto y lo podemos encontrar en lugares incultos, terrenos baldíos, al borde de caminos y carreteras, al pie de muros, por lo común donde medran las ortigas y otras plantas que siguen al hombre. Es muy común en toda la Península Ibérica aunque escasea hacia el norte; también se la puede ver en Canarias y Asia Menor habiendo sido introducida en otros muchos países como EE.UU. y Australia.

Cuenta la leyenda que las hojas de este cardo se mancharon de blanco gracias a la leche derramada por la Virgen María, que estaba amamantando al niño Jesús y que el cardo quedó bendecido y lleno de virtudes (por eso, su nombre en los diversos idiomas hace referencia a la leche y a María). Otra leyenda cuenta que la Virgen María tiñó de blanco las hojas de esta planta con la leche de pecho cuando trataba de ocultar a Jesús de la persecución mandada por Herodes.

Parte utilizada:

Para su uso medicinal se van a emplear principalmente los frutos secos (aquenios), pero según Font Quer también se pueden utilizar la raíz, el tallo y las hojas.

Principios activos:

El cardo mariano posee silimarina un flavolignano formado por silibina, silidianina, silicristina y según algunos autores también isosilibina. El principal componente del complejo silimarina es la silibina. También contiene otros flavonoides, a saber: taxifolina, quercetina, dihidrocamferol, kenferol y apigenósido; aceite esencial con una elevada proporción de ácido linoléico, oleico y palmítico; esteroles: tocoferol, estigmasterol, campesterol y sitosterol; taninos catéquicos, tiramina, proteínas y mucílagos.

Propiedades farmacológicas:

El cardo mariano es un excelente hepatoprotector y colagogo, pero también posee virtudes como aperitivo, digestivo, hemostático, venotónico, diurético, antipirético, antirradicalar, antidepresivo, antihemorrágico y  en la medicina popular como antiespasmódico. Recientemente la silimarina – o la silibina que es su principal componente, por lo que nos referiremos a ellos indistintivamente – ha recibido mucha atención debido a sus actividades alternativas beneficiosas como pueden ser acciones anticancerígenas, quimiopreventivas, hipocolesterolémicas, cardioprotectoras, neuroactivas y neuroprotectoras. Existen numerosos estudios acerca de nuevas y posibles aplicaciones de la silibina siendo importantes sus efectos sobre la actividad estrogénica, modulación de transportadores moleculares e incluso sobre la expresión del DNA.

Indicaciones:

El cardo mariano está indicado en casos de insuficiencia hepatobiliar, hepatitis agudas y crónicas, cirrosis, disquinesias hepatobiliares, contra los efectos de la resaca. También es indicado en casos de inapetencia, dispepsias hiposecretoras, hemorragias (hematuria, epistaxis, metrorragias), gripe catarros, cistitis, urolitiasis y oliguria. Algunos autores lo recomiendan como complemento para tratar la ictericia, para contrarrestar la absorción involuntaria de metales pesados como el plomo y el aluminio de latas de refrescos, o el mercurio de empastes dentales. Su principio activo silibina actúa en caso de problemas pancreáticos, de pulmón, enfermedades del riñón, en el tratamiento de desordenes en la próstata como puede ser el adenocarcinoma, o en dermatología y cosméticos.

Modo de acción:

Vistas las indicaciones y propiedades generales podemos indagar un poco más en algunas de las más importantes.

Cardo mariano como hepatoprotector: la silibina actúa inhibiendo el sistema de transporte en la membrana del hepatocito y estimula la síntesis de ARN aumentando la síntesis de proteínas y por tanto promoviendo la regeneración del tejido hepático. De esta forma inhibe el circuito enterohepático de las toxinas (alcohol, veneno etc….).Debido a esta propiedad la silibina es utilizada en casos de envenenamiento por setas hepatotóxicas pues actúa como un buen antagonista de las toxinas.

Cardo mariano como anticancerígeno y quimioprotector: la acción anticancerígena y quimioprotectora que ejerce la silimarina se debe en parte a su pontencial antirradicalar pero se ha visto que la silimarina inhibe la acción carcinogénica de muchos compuestos químicos. Pero además la silibina es capaz de actuar inhibiendo el crecimiento y produciendo la muerte de células del carcinoma de próstata. También actúa contra el cáncer de ovarios gracias a su actividad antiangiogénica. Por todo esto la silimarina es un adyuvante en el tratamiento del cáncer. La silibina actua principalmente como un antioxidante para proteger los tejidos expuestos al estrés oxidativo generado por los compuestos usados en quimioterapia y para eliminar su hepatotoxicidad. Es común que en quimioterapia se tengan que hacer interrupciones en el tratamiento por daños hepáticos producidos por los químicos empleados. Con la administración de silibina los tratamientos pueden continuarse durante más tiempo sin interrupciones. En el caso citado de cáncer de ovario, la silibina aumenta la acción citotóxica de ciertos fármacos contra las células tumorales potenciando así su actividad antitumoral.

Actividades neuroprotectoras y neurotróficas del cardo mariano: aunque en este campo no se ha indagado mucho, se sugiere que la silimarina puede actuar en el tratamiento y prevención de procesos neurodegenerativos y neurotóxicos.

Cardo mariano en el tratamiento de la diabetes mellitus: esta propiedad es ya conocida en Marruecos donde preparan decocciones de las partes aéreas de la planta para tratar la diabetes mellitus. La silimarina previene el incremento de la glucosa en sangre y gracias a su actividad antioxidante puede actuar como un quimioprotector y regenerador del páncreas.

El cardo mariano sirve también para prevenir nefropatías y como apoyo en el tratamiento de las infecciones urinarias. Estimula las células del riñón de la misma forma que las del hígado, incrementando la síntesis de proteínas y DNA, así como la actividad de la lactato deshidrogenasa.

Prevención de problemas cardio-pulmonares: la silibina se ha mostrado muy efectiva como cardioprotector cuando se somete a los pacientes a tratamientos de quimioterapia en donde los compuestos suministrados generan un estrés oxidativo dañino para las células del corazón. También se ha mostrado muy efectiva en la prevención alergias y asma por su actividad antiinflamatoria.

Otras aplicaciones: la silimarina protege la piel del estrés fotoxidativo de la radiación solar; es un complemento para tratar la ictericia; facilita la eliminación de piedras vesiculares; se usa como remedio para atajar las hemorragias y reducir el flujo menstrual; en el tratamiento de la hipercolesterolemia: la administración de cardo mariano produce un incremento en los niveles de colesterol HDL, o comúnmente conocido como “colesterol bueno”.

Contraindicaciones:

Incompatible con tratamientos antidepresivos con IMAO en caso de haber hipertensión. No hay que prescribir formas de dosificación con contenido alcohólico a niños menores de dos años ni a consultantes en procesos de deshabituación etílica. También está contraindicado en el embarazo y lactancia.

Efectos secundarios:

La planta fresca puede provocar dermatitis de contacto y en altas dosis tiene un efecto laxante debido al incremento de la secreción biliar. Se ha descrito un caso en que el consumo de cardo mariano produjo sudores, nauseas, vómitos, diarrea, debilidad y colapso.

Dosificación:

-Infusión: una cucharada de postre (150 ml) por taza. Infundir durante 10 minutos. Una taza antes de las comidas.

-Extracto fluido (1:1): 25-50 gotas una a tres veces al día. En casos de hepatitis crónicas se han descrito, al asociarlo a partes iguales, con extracto de Ribes nigrum.

-Tintura (1:10): 50-100 gotas, de una a tres veces al día, entre comidas.

-Extracto seco (5:1): 0,5-1 g/día.

-Cápsulas: extracto estandarizado al 70-80 % de silimarina, 100-300 mg tres veces al día.

La silimarina alcanza su nivel máximo en sangre a las cuatro-seis horas de la administración oral y su evacuación ocurre por vía biliar y renal a las ocho horas.

Remedios caseros:

Fórmula hapatoprotectora. Para reducir la inflamación del hígado, ayudando a que funcione mejor. A partes iguales cardo mariano, angélica, raiz de genciana, alcachofera, cachurrera menor, centaurea, caléndula, menta y hojas de boldo. Infusión.

Tisana antialcohólica. Para reducir la dependencia al alcohol  y complementar el tratamiento de la hepatitis alcohólica.Una cucharada sopera de cardo mariano con dos de cachurerra. Infusión.

Fórmula antihemorrágica. Para tratar reglas abundantes, hemorroides, hemorragias nasales y varices. A partes iguales cardo mariano, bolsa de pastor, ortiga dioica y cola de caballo. Infusión.

Fórmula contra las úlceras varicosas: sobre las úlceras varicosas se aplica polvo de semillas o se preparan apósitos con el té de la planta.

Utilización en homeopatía:

Se prescribe contra los trastornos hepáticos, contra la colecistitis, la cefalalgia frontal, el lumbago, el reuma muscular y las úlceras varicosas de la pierna.

Bibliografía:

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LA INFORMACIÓN AQUÍ DADA ES SÓLO ORIENTATIVA. NO SE RECOMIENDA AUTOMEDICARSE SIN LA CONSULTA A UN MÉDICO O FARMACÉUTICO.

Joaquín Herrero
Doctor en Biología
Nací en Palencia y me considero un tipo campechano, inquieto, al que le gustan los nuevos retos. Doctor en Biología Vegetal, licenciado en biología, máster en Biotecnología Vegetal, máster en sistemas de calidad e inocuidad alimentaria, también realicé estudios de Ingeniería agrícola. Mi objetivo es crecer día a día en la investigación sobre el mundo agroalimentario, ser feliz con ello y poder aportar algo bueno a la sociedad.

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