Familia: Fagaceae
El quejigo es un árbol de hasta 20 m de altura de corteza pardo-grisácea y rugosa, con las hojas simples, alternas, marcescentes, con pecíolo bien desarrollado, correosas, de borde dentado o con lóbulos poco profundos casi triangulares y algo punzantes. Tienen forma elíptica algo obovada u ovada. Posee un haz verde lustroso y un envés verde pálido.
Las flores masculinas se disponen en amentos colgantes, alargados y flojos.
El fruto es una bellota (glande, para ser más exactos) con las escamas de la cúpula prominentes en el dorso. Florece en marzo, abril o mayo.
Se cría formando bosques (quejigares) en las zonas de clima submediterraneo o mediterráneo habitando así la mayor parte de la Península excepto en el noroeste. Es una especie fuerte que soporta los ambientes extremos del clima continental refugiándose a menudo en zonas de umbría más húmedas pues requiere mayor humedad que la encina con la que alterna en muchas zonas.
Existen dos subespecies, la subsp. faginea, que es la más abundante en Castilla, y la subsp. broteroi que se encuentra en el cuadrante suroccidental de la península.
Como he dicho, lo podemos ver asociado a encinas, alcornoques y robles, con algunos de los cuales forma híbridos muy fácilmente haciendo su identificación laboriosa. Un híbrido es el que forma el quejigo con Quercus pyrenaica (roble melojo) dando lugar al roble mesto (Quercus x nummantina).
Sus aplicaciones son principalmente para la fabricación de carbón vegetal y alimentación del ganado.
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