Árboles Botánica

«Quercus ilex» (Encina, carrasca, chaparra)

Familia: Fagaceae

La encina o carrasca (Quercus ilex) es un famoso árbol perennifolio y corpulento de hasta 25 m de altura con la corteza gris oscura agrietada. Sus hojas son gruesas, duras (esclerófilas en una palabra), elípticas u oblongas de borde entero las situadas a mayor altura del suelo y de borde dentado-espinoso las situadas más cerca del suelo para evitar ser ramoneadas por los animales. Tienen 5-8 pares de nervios secundarios, son obtusas, de color verde oscuro y lampiñas por la haz y gris verdoso y pubescentes por el envés.

La encina es una especie monoica con flores masculinas en amentos colgantes de color amarillento. Las flores femeninas se disponen solitarias o en grupos de 2-3. Florece durante marzo, abril o mayo y su fruto es un glande (vulgarmente llamado bellota) de color marrón oscuro en la madurez con una cúpula de escamas tomentosas y aplicadas.

Podemos deferenciar claramente dos subespecies de encina: «Quercus ilex subsp. ballota«, también «Quercus ilex subsp. rotundifolia«, o simplemente «Quercus rotundifolia». Tiene las hojas más redondeadas y un corto pecíolo (1-5 mm) y vive en los bosques esclerófilos de clima mediterráneo continental. Es el árbol más extendido de la Península; soporta los fríos inviernos, calurosos veranos y la sequía, creciendo sobre todo tipo de suelo.

En la Península le podemos encontrar en todas las provincias, y en Baleares en las islas de Mallorca, Menorca e Ibiza. La otra subespecie: «Quercus ilex subsp. ilex« se encuentra en zonas de litoral mediterráneo. Sus hojas son más alargadas con nervios secundarios formando ángulos agudos con el central. Tienen un pecíolo más largo (6-15 mm) y los amentos masculinos son muy pelosos.

«Quercus ilex subsp. ballota«, es conocida también vulgarmente como encina de bellotas dulces. Las bellotas de esta encina son comestibles (tanto crudas como asadas) y son el mejor alimento para el ganado porcino.

El ganado posee un vínculo muy estrecho con la encina, pues las famosas Dehesas españolas son una «simbiosis» entre la ganadería, agricultura y selvicultura. A estos sistemas ecosistemas tremendamente ricos en biodiversidad se les llama sistemas agro-silvo-pastorales.

Antonio Machado describió perfectamente la naturaleza de la encina en sus versos:

«El campo mismo se hizo árbol en ti, parda encina»

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