Familia: PINACEAE
El pinsapo es un árbol de gran porte que no suele superar los 20 m de altura, de corteza pardo grisácea en un tronco muy recto y de forma columnar. Tiene porte esbelto y de forma cónica, aunque en ejemplares añosos tiende a perder dicha forma. Las ramas son opuestas y nacen en grupos de tres con las hojas dispuestas perpendicularmente y en todas las direcciones. Dicho conjunto formado por ramillas y hojas adopta una forma cilíndrica, forma que nos recuerda a los cepillos con los que limpiamos los tubos de ensayo en los laboratorios.
Las hojas son duras, rígidas y punzantes, ligeramente aplanadas y permanecen en la planta hasta 10 años. Los conos masculinos tienen sus sacos de polen en su parte apical, son de color pardo o rojizo, ligeramente ovoideos y sentados a lo largo de las ramillas. Mientras que los conos femeninos son de color verde, los encontramos en la parte superior de la ramillas y protegidos por brácteas estériles. Las piñas son redondeadas y se deshacen en la madurez.
Lo encontramos únicamente en las provincias de Málaga y Cádiz, aunque se cultiva como planta ornamental con bastante asiduidad. Se suele situar en unmbrías y orientaciones norteñas en lugares de montaña (Grazalema, Ronda, etc.). Resulta raro en comparación con el paisaje andaluz y desde luego se considera una reliquia de los bosques de coníferas terciarios. Aunque mal llamado pino su propio nombre nos indica dicha denominación, a saber, pinsapo del latín pinus y sapinus (pinus significa pino y sapinus abeto). Sus ramas se utilizaban antiguamente para decorar las procesiones y fiestas de la Serranía de Ronda.