El hierro (símbolo químico Fe) es un microelemento muy importante para el funcionamiento de las plantas. Su deficiencia se manifiesta como clorosis en las hojas más jóvenes debido a la escasa movilidad del Fe en la planta. En la imagen 1 podemos apreciar un ejemplo de como es la clorosis férrica en las hojas de un limonero. En general, la deficiencia en Fe suele ser más frecuente en los frutales.
La deficiencia en Fe es también más frecuente en suelos alcalinos ricos en calcio, que en suelos ácidos, debido al bloqueo del Fe por el calcio procedente del carbonato cálcico de este tipo de suelos, de forma que la planta no lo puede captar. También puede haber problemas de deficiencia en Fe si hay un exceso de fósforo en el suelo ya que interaccionan entre ellos. De hecho, la deficiencia en Fe suele ser más motivo de bloqueo que de escasez de este en el suelo. Por ello hay que tener cuidado con las enmiendas calizas y los aportes de fosfatos.
La deficiencia en Fe puede ser confundida con la deficiencia en Zn y Mn, debido a que los síntomas de clorosis aparecen en hojas jóvenes en las zonas internervales.
El Fe es un elemento vital para la planta: el 75% del hierro celular está en los cloroplastos, de ahí la importancia en la fotosíntesis de este elemento. Es esencial para la formación de la clorofila, de forma que se observa una correlación entre el contenido en Fe y clorofila de las hojas. Además forma parte estructural de numerosas enzimas vegetales importantes para la superviviencia de los vegetales.
La forma en que lo toma la planta es como ión ferroso Fe2+, aunque también puede hacerlo como Fe3+. De hecho, el ión ferroso es muy facilmente oxidable. El Fe a pH 7 o superior precipita y no está disponible para las plantas, por lo que habrá que intentar utilizarlo en pH ácidos.
La fertilización con Fe se puede hacer de dos formas:
1. Aplicación foliar: La opción más económica.
Utilizaremos preferentemente el sulfato ferroso (FeSO4) en solución acuosa a pH 4. Se pueden utilizar surfactantes y adyuvantes para mejorar la penetrabilidad del Fe a través de la hoja. Por ejemplo con la adición de metanol o glicerol según lo describen Fernández et al., 2008.
2. Aplicación al suelo: los quelatos de hierro.La opción más efectiva pero más cara.
Los quelatos son compuestos que estabilizan los iones metálicos (en este caso el hierro) y los protegen de la oxidación y la precipitación. El más común y efectivo es el Fe-EDDHA, pues trabaja muy bien en un amplio rango de pH. Otros agentes quelantes como EDTA o DTPA suelen perder eficacia en pH básicos.
Podemos utilizar también sulfato de hierro en suelos ácidos, pero en suelos alcalinos deberemos usar quelatos para garantizar la disponibilidad del elemento para la planta y evitar que precipite.
El sulfato de hierro, además, tiene la propiedad de acidificar los suelos, por lo que también será un buen remedio para incrementar el pH del suelo y liberar el Fe que está insolubilizado y que así quede disponible para las plantas.
Literatura citada:
- Fernández, V., Del Río, V., Pumariño, L., Igartua, E., Abadía, J., and Abadía, A. (2008). Foliar fertilization of peach (Prunus persica (L.) Batsch) with different iron formulations: effects on re-greening, iron concentration and mineral composition in treated and untreated leaf surfaces. Sci. Hortic. 117, 241–248. doi: 10.1016/j.scienta.2008.05.002
- Fernández, V., Orera, I., Abadía, J., and Abadía, A. (2009). Foliar iron fertilisation of fruit trees: present and future perspectives. J. Hort. Sci. Biotechnol. 84, 1–6.