Cuando hablamos de dinosaurios normalmente hacemos referencia a su gran tamaño o a su voracidad pero casi nunca nos hemos preguntado: ¿Qué comían exactamente?
En función de la alimentación podemos clasificar a los antiguos dinosaurios en tres grupos: carnívoros (como el Tyrannosaurus rex o el Velociraptor), herbívoros (como el Diplodocus, Triceratops o Brachiosaurus) y omnívoros (como Ornitomimus y el Gallimimus).
Tenemos que tener en cuenta que el mundo tal como lo conocemos era muy distinto al que existía en las épocas del jurásico y cretácico, hace más de 65 millones de años, en el que vivían esos animales. Las especies que lo poblaban eran diferentes a las que conocemos y las plantas que existían también eran diferentes. De hecho, no fue hasta hace 130 millones de años, en el cretácico, casi al final de la existencia de los dinosaurios, cuando se desarrollaron las primeras plantas con flores (Angiospermas). Hasta entonces, la vegetación dominante eran coníferas, helechos y plantas similares.
En este escenario, los dinosaurios herbívoros se alimentaban de hojas y plantas de este tipo. Poseían por lo general un cuello largo que les permitía alcanzar las ramas más elevadas de los árboles y podemos diferenciarlos de los carnívoros por sus mandíbulas con dientes planos. Debido a que estas mandíbulas no se podían mover de un lado a otro para triturar, tragaban las plantas casi enteras sin poder apenas masticar. Por esta razón, comían pequeñas piedras (llamadas gastrolitos) que les ayudaban en el proceso de digerir los alimentos no masticados. Esta técnica la siguen empleando algunas especies de aves actuales.
Algunas especies de dinosaurios herbívoros, como el Psittacosaurus, tenían dientes en forma de tijeras de modo que cortaban la vegetación como si de unas tijeras de podar se tratara.
Los carnívoros, por su parte, poseían dientes largos y agudos con forma de sierra y dirigidos hacia el interior de la boca para sujetar mejor a la presa, que intentaría escapar. Poniendo como ejemplo al famoso T-Rex, un carnívoro como él se alimentaba principalmente de Hadrosáuridos y Ceratópsidos. Aunque los expertos están seguros de que comía carne no están cien por cien seguros de cómo conseguía esa carne, ya que algunos están a favor de la teoría de que era un cazador, mientras otros creen que era un carroñero, es decir, que comía animales muertos o presas que otros habían matado. Sea lo que sea, está claro que comía carne.
Es muy probable que muchos de los dinosaurios carnívoros fuesen también carroñeros. Cuando el hambre aprieta, no hay miramientos ni prejuicios y uno come lo que encuentra, sea carne fresca o carroña. Lo mismo se cree de los primeros Homo sapiens, y tiene su lógica.
Por último, los dinosaurios omnívoros se caracterizaban por ser grandes velocistas, lo cual les permitía escapar de los depredadores. Se alimentaban de otros dinosaurios más pequeños, insectos, huevos de otros dinosaurios y de plantas. Por aquel entonces los mamíferos éramos un grupo reducido de animales, de tamaño muy pequeño comparado con los grandes dinosaurios, y de hábitos principalmente nocturnos. Posiblemente, estas características fue lo que hizo que sobreviviésemos a la gran extinción de los dinosaurios y lo que nos permitió, una vez eliminada esa gran competencia, evolucionar y diversificarnos hasta hoy.
No obstante es difícil saber la dieta de los antiguos dinosaurios sólo por el registro fósil y aún quedan muchas incógnitas acerca de su alimentación.