Divulgación

¡Atención! Transgénicos

 

Al escuchar la palabra transgénico nos es difícil no prestar atención, es un tema controvertido y de gran interés social. Pero, ¿qué son los transgénicos? ¿Son la solución a problemas de la humanidad como el hambre y las enfermedades? ¿O por el contrario son una amenaza para los humanos y la naturaleza?


Ante el aumento de la demanda de alimentos producida por una creciente población mundial, y la incapacidad de la agricultura tradicional y ecológica de incrementar su producción, los transgénicos se han postulado como una posible solución para dar de comer, de aquí a 2050, a las más de 9.000 millones de bocas que se espera que haya, según datos de la FAO.

Sin embargo, cuando escuchamos la palabra transgénico es fácil alterarse o fruncir el ceño, bien por desconfianza o por desconocimiento. Un transgénico es un organismo (generalmente vegetal) que ha sido manipulado genéticamente en un laboratorio. Por eso también podemos escuchar el término Organismo Genéticamente Modificado (OGM). Como la propia palabra indica, a un organismo transgénico le han “transferido” uno o varios genes procedentes de otro organismo diferente mediante ingeniería genética. Esos genes le dotarán de unas características que antes no tenía, y que generalmente se asocia a resistencia a plagas, aumento de la calidad nutricional, o la tolerancia a condiciones climáticas adversas (sequía, heladas…), entre otras características. Como siempre, la mejor manera de entenderlo es con un ejemplo que nos servirá para saber de qué nos están hablando cuando estemos en medio de una discusión sobre este tema.

«Todas las plantas que actualmente se cultivan han sido manipuladas a nivel genético por las actividades humanas».

El OGM más empleado en España es una variedad de maíz denominada Bt. ¿Qué es lo que tiene este maíz respecto al maíz “natural”? (y pongo comillas intencionadamente). Al maíz “natural”, por ingeniería genética, se le ha transferido un gen de la bacteria Bacillus thuringiensis (de ahí las siglas Bt). Esta bacteria, o mejor dicho, un gen de esta bacteria, es capaz de producir una toxina que actúa a modo de insecticida contra las orugas del taladro del maíz, la principal plaga que arrasa con plantaciones enteras. De esta forma, el maíz transgénico Bt produce esta toxina gracias al gen que se le ha transferido.

El empleo de la ingeniería genética en el mejoramiento vegetal es lo que se denomina agrobiotecnología o biotecnología vegetal, y su objetivo es aumentar la productividad de los cultivos de la forma más sostenible posible. Si, aunque no lo parezca los transgénicos pueden ser sostenibles. Gracias a su resistencia a enfermedades o tolerancia a herbicidas, permite reducir el uso de fitosanitarios así como el uso de máquinas con su consiguiente reducción de emisiones de CO2, según un informe de la FAO/OCDE.

La biotecnología también intenta obtener alimentos más saludables o nutritivos. De esta forma tenemos el reciente ejemplo del arroz dorado que está en fase de aprobación. Esta variedad transgénica de arroz produce una mayor cantidad de vitamina A (de ahí su color anaranjado-dorado) y que evitará la deficiencia de vitamina A en países que basan su dieta en el arroz. Recordar que la carencia de vitamina A produce ceguera, entre otros problemas.

 

Otra aplicación de la biotecnología vegetal es el empleo de las plantas como biorreactores o fábricas para la producción de medicamentos, anticuerpos, vacunas, y biocombustibles. Pero no debe alarmarnos el hecho de manipular genéticamente una planta. Todas las plantas que actualmente se cultivan han sido manipuladas a nivel genético por las actividades humanas. Desde los inicios de la agricultura hasta el presente, el hombre ha seleccionado aquellas plantas que producían mayor cantidad de alimento, de mayor tamaño, mejor aspecto, sabor, etc… por tanto todos los alimentos que consumimos son genéticamente modificados. Y para entenderlo basta con ver la imagen de abajo, en donde podemos ver el maíz actual y su ancestro silvestre del cual deriva, el Teosinte. Las antiguas culturas, sin ser conscientes de ello, modificaron artificialmente al maíz, a través de la siembra, hibridación, selección de características y/o mutaciones ventajosas y otras prácticas propias de la agricultura tradicional.

teosinte maiz

Comparación entre el Teosinte (maíz silvestre) y el maíz actual. Entre uno y otro hay más de 7.000 años de modificaciones genéticas producidas por el hombre.

Por tanto cuando hablamos de especies naturales y modificadas genéticamente no es del todo cierto. Todas las especies cultivadas están modificadas y tienen poco de natural. De hecho la agricultura tiene poco de natural, pues es una acción del hombre que modifica el paisaje y elimina la biodiversidad de una zona para cultivar una única especie que ha sido diseñada para la alimentación.

La moderna biotecnología lo único que ha hecho ha sido acelerar enormemente la velocidad con la que se introducen cambios en las especies vegetales con el fin de adaptarlas a nuestras necesidades, sólo que con mayor consciencia y conocimientos. Como con toda tecnología existen unos riesgos, pero a diferencia de la biotecnología tradicional (hibridación, elección de mutaciones ventajosas y selección), en la biotecnología moderna existe un sistema de bioseguridad, de forma que todas las variedades que se desarrollan pasan exhaustivos controles.

¿Qué dice la Ley respecto a los transgénicos? Pues recientemente el Parlamento Europeo ha aprobado la reforma de la directiva comunitaria sobre cultivos transgénicos. La Unión Europea se ha decantado por no fijar una posición única y ofrece la posibilidad de que el Gobierno de cada país apruebe o prohíba los transgénicos en su territorio. Pero ojo, no se puede cultivar cualquier tipo de transgénico, primero deben pasar por el exigente criterio de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Si la EFSA aprueba el cultivo, entonces los países de la UE que lo deseen pueden aprobarlo e introducirlo en su territorio.

Ante este panorama tenemos países como Alemania y Francia que se oponen (más por razones políticas que científicas), y países como España (a la cabeza), Portugal, Reino Unido, República Checa, Eslovaquia y Rumania que están a favor y de hecho ya se cultivan.

El debate está servido, y en la siguiente entrega podemos hablar sobre mitos y realidades de los transgénicos.

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