Familia: Caprifoliaceae
El saúco es un arbusto o pequeño arbolillo caducifolio de hasta 6 m de altura muy ramoso y denso, con corteza pardo-grisácea y semejante al corcho en los ejemplares más añosos. Posee unas ramas jóvenes verdes con una médula blanca y ramas viejas de color ceniciento. Las hojas son opuestas, compuestas e imparipinnadas, con 5 o 7 folíolos ovado-lanceolados, acuminados en el ápice. Estos folíolos tienen un color verde por el haz siendo el envés más pálido y peloso; el margen es aserrado y el raquis de la hoja es acanalado.
Las flores del saúco son pequeñas, de color blanco, agrupadas en cimas corimbiformes planas, poseen 5 sépalos, 5 pétalos y 5 estambres. Florecen durante abril hasta junio y sus frutos con una baya redonda de color negro unida a la planta por unos cabillos rojizos.
El sáuco es amigo de la humedad y lo encontramos cerca de cursos de agua o en bosques umbrosos y con humedad. Es utilizado como ornamental debido al agradable olor de sus flores. En la Península lo podemos ver en la mitad norte principalmente, faltando en Baleares.
El saúco fue introducido en América por los españoles en el siglo XVI, de ella son comestibles las flores y los frutos cuando están bien maduros, porque cuando están verdes son tóxicos. Sus frutos son usados en la preparación de pasteles y las hojas y flores tienen aplicaciones médicas como diurético, laxante e incluso como insecticida.
¡Atención!: El saúco está protegido por la ley en la Comunidad de Madrid.