Familia: Cistaceae
La romerina es un arbusto perennifolio de hasta 1 m de altura, muy ramoso con las hojas opuestas, casi sentadas y de forma linear, estrechas, con el margen revoluto hacia en envés. Recuerdan mucho a las hojas del romero, de ahí sus nombres vulgares. Son de un color verde intenso con el nervio central muy marcado. Los tallos jóvenes están densamente cubiertos por pelos dándole una coloración algo rojiza.
Las flores de la romerina se agrupan en inflorescencias de tipo cimas umbeliformes, en grupos de 1 a 8 y sobre pedúnculos pilosos. Poseen tres sépalos pelosos terminados en punta y pétalos blancos. La flor no es muy grande: unos 3-4 cm de diámetro. Los frutos de la romerina son una cápsula parduzca que se abre en cinco valvas.
La romerina es la especie más resistente a la sequía y la más calcícola del género Cistus. La podemos encontrar en matorrales secos y laderas soleadas del centro, este y sur peninsular. En Baleares se encuentra en Mallorca, Ibiza y Formentera.
No hay que confundir “Cistus clusii” con “Halimium umbellatum” (como me ocurrió a mí), pues son muy parecidas pero la diferencia radica en que esta última se cría en arenales silíceos y terrenos sin cal (al contrario que la romerina) y su fruto se abre en 3 valvas (al contrario que la romerina que se abre siempre en 5).